6 sentidos. 1: EL son de otro
Time after time es mi canción de hoy, en acústico.
A veces los acústicos llevan los temas a otro lugar, reconoces el fondo de la canción, pero como distorsionada, en ocasiones mejorada. Yo los comparo a cuando alguien que quieres mucho canta una canción, no la estropea, aunque tenga mala voz, la interpreta y te mira a los ojos, y tú piensas: “¡Qué desastre pero qué bonito!”
Estas versiones son como bombones sin envoltorio, como rostros sin filtro en Instagram, como traseros sin faja en las bodas. Aquel guiño que hizo que esa canción te gustase era un arreglo, y quizá parte de su éxito, y de repente se queda sin aderezo. Lo más potente es que te guste aún más, y si así es, es porque había ingredientes más potentes que la mera corteza electrónico-musical en ella.
Hago memoria a esas ocasiones en las que me ponía un tacón, en las que añadía mucho maquillaje, en las que me enfundaba en un tubo vestido, en las que planchaba mi pelo, en las que conjuntaba el color de las uñas, en las que pendían collares y pendientes, en definitiva, en las que enmascaraba quién era yo.
Siempre pensaba, cuando la realidad era devuelta por el espejo a la mañana siguiente, que sin disfraz yo no molaba. No se si estaba equivocada o no, posiblemente cada versión tenga su público, pero ahora mi versión es más acústica. No llevo tantos arreglos, solo las ITV´s correspondientes, a las que añado más deportivas, ropa holgada, manicura casera, y poco cambio en el joyero. Y soy más yo, porque me importa lo que muestro, pero no me importa lo que opinen de esa muestra.
Hay muchas versiones acústicas que pasan a la historia siendo imperfectas… pero transmiten tanto. Así que decido ir soltando adornos para mejorar esta versión de mí, para que cuando me escuches tararees esa canción que nos recuerda el pasado, y a la par pongas atención a aquellas notas que estaban ocultas con los antiguos ornamentos.
Este es mi son 😉