6 sentidos: 3. Visualizar
Me gustan los sueños lúcidos, muchísimo. Son aquellos en los que eres consciente que estás soñando y puedes tomar decisiones, puedes transformar el escenario, puedes recordarlos nítidamente, y puedes aprender de ti misma. Cuando despiertas es como haber vivido una gran película resuelta a tu manera, un film cuya dirección y guión son tuyos. Cierto es que tengo que estar relajada para que ocurra, ya que en semanas en las que duermo pocas horas me es más complicado. Si estoy agotada, me cuesta más llevar las riendas, y mi subconsciente es el que manda, aunque yo sepa que estoy soñando. El cansancio me lleva a saltar de un despertar a otro, como recorrer varias plantas dentro de lo que mi cerebro se ha montado. Todo ello con mucha relación a lo que me ha ocurrido durante los últimos días. Es además un buen resumen de mis errores, de cada uno de ellos en detalle, y es aquí donde conscientemente, cuando mi materia gris lo permite, giro el timón y convierto el final en un súper final.
¿Será mejor ver lo que sueño que ver la realidad? No tengo respuesta, pero en mi caso, es lo único que puedo medio controlar en mi vida, es como escribir un libro de aventuras, con muchas moralejas. Ahora, he de decir, que me encanta ver la cara de los que atienden a mi explicación de sueño lúcido, con un careto de mezcla de “está p´allá” y “lo flipa”, y todos ojipláticos y con una babilla suspendida en el labio inferior.
Ahora estoy en baja forma, por lo que sustituyo estos viajes, por visualizaciones. Cierro los ojos y me coloco en cualquier lugar del mundo, con un propósito claro de lo que quiero ver, para que lo quiero ver y qué cambiará en mi cuerpo y mente cuando abra los ojos. Así respiro e inspiro la realidad de estos momentos tan oxigenados, en los que también puedo auto transformarme con bajo entrenamiento, o podría decir, baja resolución.
¿Será mejor ver lo que visualizo que ver la realidad? Tampoco tengo respuesta, aunque a mi visualizar me ha enseñado mis creencias, valores, fuerzas, emociones, sincronización, equipo, unión e ilusión.
Ahora deseo ser la mejor actriz cuando me duerma, quizá paseando por Estambul a orillas del Bósforo, quizá viendo atardecer en alguna costa keniata, quizá sentada en el bordillo de la escalera de la puerta de un molino de viento del pueblo. Sea donde sea, ver, mirar, observar, contemplar, lo hagas desde dónde lo hagas, desde la fantasía o la vigilia, es sentirse viva.
Buen domingo, buena semana…