Hoy día de agua, no por la playa sino por la sudoración, llegándome así el recuerdo de las tardes de piscina en el pueblo. Esos días de solanera en las que después de haber comido un bocadillo de tortilla de atún y una bolsa de Jumpers, te bañabas tras guardar en la toalla un tiempo prudencial de 2 horas. Todos en esa época de Star Trek sabíamos, que si no dejábamos reposar nuestro aparato digestivo, podríamos morir en un misterioso corte de digestión en el que te quedarías frito. En aquellos momentos siempre se me venía a la cabeza, con nauseas incluidas, la tapa de pajarillos fritos que vi por primera vez en Cieza, nos imaginaba a mis amigas y a mí, ahí en el tosco césped yaciendo encogidas y quemadas por el sol, inmóviles a consecuencia de no respetar el tiempo prudencial. La muerte por corte que no queríamos a nuestra corta edad.
Y en esa parsimonia veraniega de los 16, ya existía una elevada timidez por el cuerpo, que se fue ensanchando conforme pasaron los veranos rurales. Timidez que yo también viví en su momento, porque conciencia corporal no tenía, era complicado estar atenta a tanta información del entorno, como para darse cuenta de estos nudos que se hacían entre la mente y la emoción. En fin, lo que vengo a decir con esto, es que ellas se hubiesen comprado un burka en lugar de un bikini. Cuando las veía quedarse bajo la sombrilla, taparse cuando se acercaba alguien a hablar con ellas, o ponerse bañadores de sus abuelitas, me preguntaba si eran extraterrestres. Y entiendo donde se posicionaban, porque no había Instagram, pero si muchas pelis y muchas revistas, que mostraban los cuerpos top, creando una tendencia hacía modas complicadas de seguir. Yo les decía:
-¡Vamos a ver, que somos manchegas y probablemente nuestros antepasados sean visigodos, nada de Schiffer nada de Campbell! Yo me voy al agua, ¿Quién se apunta?
A veces era “cric cric cric” la respuesta, y no podía sacarlas de ahí. Pero no puedo dejar de pensar en lo que ellas se perdieron, por no estar orgullosas de su cuerpo. A mi me gusta mi soporte corporal, me encanta. Encaja perfecto con la misma ropa desde hace 10 años, no enferma fácilmente, me avisa mucho antes con pequeñas somatizaciones de que estoy un pelín estresada, me lleva a todas partes y ha gestado a uno de mis tesoros que es mi hijo. También sabe dibujar, acariciar, pintar, escribir, saludar, abrazar, besar, nadar, bucear, bailar, aprender, charlar… y se cura rápido de cualquier dolencia. Ha sido a los 48 años la primera vez que me he roto un hueso, y ya estoy al 99% de movilidad y sin dolor, simplemente maravilloso.
¿Cómo no voy a ponerme el bikini y disfrutar del frescor de una piscina o del mar?
A mis estrías, a mi celulitis y a mí, nos encanta el verano.
❤️
Me ha encantado leerte 🦆