Siempre me pierdo lo mejor.
Me encanta el lenguaje, y en especial las palabras. Hay una palabra que he aprendido hace poco que me encanta por su significado, es FOMO. Del inglés fear of missing out, «temor a dejar pasar» o «temor a perderse algo». FOMO está de moda debido a las redes sociales, ya que lo que mostramos es la parte guay de la vida y esto provoca ansiedad a aquellos que se miran al espejo y piensan que su vida es limitada.
Hace unos días comentaba con un amigo el significado de esta palabra, y llegábamos al acuerdo de que en realidad no es nueva. Yo he vivido durante muchos años pensando en aprovechar cada momento, incluso, dormir menos para vivir más. Siempre pensando que los que cierran mucho los ojos, malgastan mucho su vida. Cierto es, que los que me conocen ahora, en esta supuesta madurez, me dirán que no he cambiado tanto, pero he de apuntar, que estoy en modo avión.
Exprimir cada instante, y elegir sin parar el destino más retador es agotador y provoca una ansiedad parecida a lo que sientes cuando ves el “INSTAGRAM” de los que están en Bali. Si, esos que han montado una mini empresa de viajes que incluye buceo y sesiones de desarrollo personal, a cambio de vivir en una zona paradisíaca y mantenerse bronceado todo el año sin aguantar el tráfico de la SE-30.
Mientras miro esto, escuchando la suave música que acompaña las imágenes, no puedo evitar sentirme inútil, sobre todo si es al llegar a casa, y si la cena es sopa, peor que peor. Con lo de mi inutilidad me refiero al no retorno de mi energía en aprender, leer, y hacer miles cosas, sin conseguir rodearme de un salado e idílico entorno. Para mas inri, si además de vez en cuando esto instagramers comen langosta y arroz en salsa de coco en grandes cantidades sin tener que subirse a la báscula… Ahí, justo ahí, suspiro, y antes de ponerme a llorar, medito. De otra forma me comería las uñas hasta llegar a convertir mis manos en muñoncitos de paloma callejera.
Lo de meditar es más o menos diario, así que no es el antídoto a este pico de envidia insana. Mi jarabe es jugar a las palabras encadenadas con la familia en el bar del pueblo, es ver correr a Bowie detrás de perros grandes en el parque, es reír con mi equipo con cosas absurdas, es cruzar miradas con sonrisa, es recibir mensajes con corazones, es aprender cual cosita nueva, es ver amanecer, es poder elegir, es mirar hacia adelante, es quedar con los amigos, es abrazar, es saborear las fresas y es mostrar tu esencia sin importar con quien estés.
Y creo que escribiendo esto, se me ha pasado lo de irme a Bali a emprender. Mi paraíso está más cerca. Aquí y ahora.