Todo pasó del negro al rojo. Había una cortina de terciopelo tapando la claridad del andén. Un mareo aprisionaba su frente y una mano estaba bajo su brazo tirando tan fuerte hacia arriba que temió desprenderse de él como el de una estrellita de mar.
Entrenando.
Entrenando.
Entrenando.
Todo pasó del negro al rojo. Había una cortina de terciopelo tapando la claridad del andén. Un mareo aprisionaba su frente y una mano estaba bajo su brazo tirando tan fuerte hacia arriba que temió desprenderse de él como el de una estrellita de mar.